25 de Abril de 2010

Era magia lo que envolvía todo el espacio: dibujos de dragones, de niñas, de niños, de hadas, de monstruos.

Leonor Bravo es una de las escritoras de literatura infantil más importantes y prolíficas de Ecuador pero, sobre todo, su vida ha dedicado a ser promotora de la lectura en los niños.

 

¿Cómo nace su interés por la literatura infantil?

Mi acercamiento fue desde que era niña. Mi mamá me leyó mucha literatura, me contaron muchos cuentos, yo leí mucho; entonces he tenido una relación desde siempre con la literatura. Cuando mi hijo nació le leí muchos libros, muchos cuentos. Además, he trabajado toda mi vida para niños con diseño gráfico, material educativo o títeres. Mi vida ha estado dirigida al trabajo para niños por eso para mí escribir ellos me resultó muy normal.

 

¿Cuál es el escritor de literatura infantil por los que tiene más admiración?

Tengo varios, por ejemplo, Michael Ende o Phillip Pullman. Sin embargo, entre los primeros está Andersen, amo profundamente los cuentos de Andersen: El Patito Feo, El Soldadito de Plomo, La Fosforerita. A mí me criaron con esos cuentos también con los de Grimm: La Caperucita Roja, La Cenicienta. Yo amó los cuentos de hadas. Entre los escritores modernos mi favorita es la alemana Cristine Nöstlinger.

 

¿Y escritores latinoamericanos?

La argentina Marielena Walsh, también Ana María Machado. Me fascina Lygia Bojunga que es de brasileña. Existe además la poesía infantil de Nicolás Guillén, por ejemplo. En Latinoamérica hay muy buenos escritores. Me parece divino un libro que se llama La Historia de un caballo que era bien bonito de Aquiles Nazoa.

 

¿Qué considera fundamental al momento de escribir literatura infantil?

Lo primero que uno debe tener para escribir para niños es un contacto fuerte con el niño interior de uno, con la infancia de uno. Es un contacto muy especial y si tú no tienes eso no puedes escribir para niños ya que es un vínculo que creas con ellos. Los niños se reconocen en nuestra literatura porque nosotros podemos hablar en un lenguaje infantil.

 

¿Y en cuanto a aspectos narrativos o estilísticos, qué es lo más importante?

Yo creo que narrativamente depende de la edad para la que se va a escribir, por ejemplo, para las primeras edades, la literatura debe ser muy fresca, muy sencilla, expresar lo que se quiere decir. Los escritores podemos expresar cosas muy profundas pero con sencillez porque está dedicado a niños que están empezando a leer y a comprender la lectura. A medida que el niño crece, la literatura puede ser más compleja. Sin embargo, lo más importante es que la literatura para niños tiene que ser muy fresca, eso no quiere decir que pierda profundidad.

 

¿Cómo se construyen entonces aspectos de la obra como la voz narrativa o el espacio?

Depende de cada autor. En mi caso tengo diferentes tipos de literatura. Los libros que son para niños más chiquitos y para más grandes. Casi toda mi literatura, salvo un libro, es fantástica entonces parto de las premisas de la literatura fantástica, que está poblada de seres imaginarios: monstruos, hadas y brujas.

Tengo un libro sobre una niña llamada Valentina que tiene siete años y narra sus vivencias cotidianas de una manera que nos muestra el antagonismo existente entre el mundo infantil y el mundo adulto; sin embargo, no es un antagonismo negativo sino que ella hace una crítica, por ejemplo, cuando su abuela le miente, cuando sus papás no le hacen caso pero, aún así, son historias con muchísimo humor. Considero que los dos elementos fundamentales de los que parto para construir la voz narrativa, los personajes, el espacio o el tiempo son el humor y la fantasía.

 

¿Cuál es la edad para la que más le gusta escribir?

A mí me gusta escribir para ambos. Cuando escribí mi primera novela La Biblioteca Secreta de la Escondida, que es como para 10 y 12 años, me dio un poco de miedo quedarme en esa edad, entonces inmediatamente escribí el libro Te gustan los Monstruos que es para niños más pequeños. Quiero escribir para niños chicos y niños grandes, la experiencia es distinta, los temas se enfrentan de manera diferente. Además sentarse con los niños a leerles es muy chistoso.

 

¿Por qué los niños no leen?

Los niños no leen porque nadie les ha enamorado para la lectura que es fundamental. Además les han hecho leer de mala forma y no tienen libros. Cuando un niño tiene libros de literatura infantil y son mediados por un adulto que le guste la lectura, a los niños les va a encantar leer.

 

¿Cuál es la falencia en la casa o en el colegio que hace que los niños no lean?

Al niño le gustan las historias pero si la maestra le obliga a leer textos que no son apropiadas para su edad o que todavía no comprende, va a tener un rechazo por la literatura.

Leer se muestra como una obligación o un castigo. Los padres no les leen a los niños, prefieren que miren televisión. La falta de lectura es responsabilidad de los adultos.

 

¿Cómo acercar a los niños a la literatura?

Yo sugiero que les lean en voz alta. Leer es complicado, la cantidad de procesos mentales que se necesitan para leer son mayores que los que se necesitan para realizar una operación matemática. Antes se pensaba al revés, que la matemática es más compleja, ahora se sabe que no.

En la lectura entran en juego muchísimos aspectos: la madurez intelectual, la emocionalidad del niño, su visión del mundo, entonces para facilitar la lectura lo mejor es leer en la voz alta porque de esa manera les estamos adiestrando en la comprensión lectora. Leer es comprender porque si uno no comprende no está leyendo aunque repita las palabras.

La entonación de la voz de la persona que lee es muy importante porque así le damos al niño la posibilidad de que se enamore de las historias, porque las historias son atractivas.

El gusto por las historias es muy propio de la especie humana. Cuando uno piensa en cómo serían los hombres y mujeres que vivían en las cavernas viene la imagen de un anciano o una anciana al rededor de una fogata contando algo, a través de las historias nos hemos ido humanizando.

Nos reconocemos en la historias o aprendemos nuevas cosas, así es como nos hemos construido, esas historias primigenias son el origen de la literatura de la filosofía de la religión, de la propia historia.

Después de la entrevista sólo vino a la mente pensar que a veces olvidamos que fuimos niños. Abrir las páginas de alguna de las historias donde formamos parte una vez, nos recuerda que lo inexistente es posible a través de la literatura.

Esta noticia ha sido publicada originalmente por anaaulestia.wordpress.com bajo la siguiente dirección: https://anaaulestia.wordpress.com/2010/04/25/un-mundo-de-fantasia-y-humor-entrevista-con-leonor-bravo/